licencia

Licencia de Creative Commons
po(st)emas by Jose Aguilar is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.
Based on a work at postemas.blogspot.com.
Permissions beyond the scope of this license may be available at http://postemas.blogspot.com/.

lunes, 15 de noviembre de 2010

ULTIMAS PALABRAS

No lo pone fácil

el viento de poniente

ni la forma en la que callas

tras la sonrisa incoherente

o la ausencia notoria de tus lágrimas.


No lo pone nada fácil.


Si pudiera sugerir algo,

te pediría

que nos ayudara la noche,

o un güisqui o diez,

que no sonara —todo— tan premeditado

o que fueras —al menos— vestida

o todo eso y a la vez.


Y si son, de verdad, las últimas,

las últimas palabras

que te oiré, desnuda,

diosa:

ten piedad.


(o, al menos,

haz descansar tu mano

en un lugar más neutral).


PREMIO


Qué engorro,

—qué despilfarro, también—,

mi mala letra

que, junto a la desmemoria,

se aparea

(con el obvio desenlace

de malos hijos).


Así,

donde escribí “amor”,

“arroz”, más tarde, recupero.

O “humo”, donde apunté

“deseo”.


Y he de fijarme mucho

para no leer “hortensia”

donde hubo “fortuna”

o, tal vez,“tortura”

¿o “hartazgo”?

y, de milagro,

advierto que, en realidad,

fue “tantísimo”

(¿tantísimo el hartazgo?).


Aunque,

para ser justo,

diré que,

en contadas ocasiones,

me trae (mi mala letra)

también regalos encantadores,

hallazgos,

pecios de raros versos

(que cruzan mares extraños).


Como hoy,

que me trajo un “premio”

donde yo debí apuntar

quizá y, como mucho,

“poema”


(¿o era “perro”?).

martes, 2 de noviembre de 2010

ANATOMIA.

El corazón,

en rara

y sutil

paradoja,

es lo único

que continúa

latiendo

cuando

el amor

murió.


El cerebro,

inquisitivo, curioso,

—perfectamente desadaptado

a estas situaciones—

es incapaz, mientras tanto,

de conocernos

lo suficiente,

de darnos

una buena razón,

de aventurar

una hipótesis

de sugerir

una estrategia.


Desalentados,

recurrimos a las tripas,

pero, de ellas,

—no nos engañemos—

no sale nada

que, al final,

echemos en falta.


El hígado,

sin embargo,

amable,

comprensivo,

no nos impide nunca

que bebamos

—tal vez un poco más allá

de lo bebido—.

MIEDO

Miedo,

sí,

es miedo…


No es como caminar sobre cristales

(eso es dolor)


Miedo,

es miedo,

a tu lado de la mirada del homicida,

o del rencor.


Miedo,

el miedo

a perderla, a perderte, a que se vaya

o al amor .


Miedo,

es miedo,

tan adentro que no lo advierte nadie.


Mi miedo.


Como una larva

de un parásito

que dejó un rastro,

una antigua inscripción


Lo atesoro

en pequeñas botellas

que escondo


tras los libros de Conrad,


junto a tus libros de autoayuda.


Exactamente,


en esa habitación.